Crítica de la película: Diez minutos para la medianoche

La política de la oficina nunca ha tenido el entrenamiento cinematográfico que hacen en la película del director Erik Bloomquist. Diez minutos para la medianoche. Decir que sigue caminos inesperados sería quedarse corto, y eso es solo parte de la extraña diversión de esta sorpresa bien hecha.

Caroline Williams (La masacre de Texas Chainsaw 2 [1986], Halloween II [2009], y más de tres docenas de otras salidas de terror) interpreta a Amy Marlowe, una disc jockey veterana cuya noche comienza con una mordedura de murciélago durante un huracán que se acerca en su camino al trabajo, y las cosas solo van a empeorar para ella. Pronto descubre que esta será su última noche antes de ser retirada por la fuerza por su sórdido y sórdido jefe Robert (William Youmans) y reemplazada por su nueva y joven protegida Sienna (Nicole Kang de Tragar [2019] y el Batwoman Series de Televisión). El guardia de seguridad de la estación Ernie (Nicholas Tucci de El guardabosques [2018] y Tú eres el próximo [2011]) ha cerrado el edificio debido a la tormenta y no la deja salir, y su ingeniero de confianza Aaron (Adam Weppler) puede haber estado ocultándole secretos.

Erik Bloomquist, quien coescribió el guión con Carson Bloomquist, ha elaborado una mezcla loca y frenética de vampiros y contagio, terror y sueños febriles, entre otros elementos que no deben estropearse antes de verlos. El ritmo es rápido y divertido (Diez minutos para la medianoche se registra en 73 minutos, incluidos los créditos) con un montón de maquillaje práctico de gran apariencia y efectos sangrientos.

El elenco del conjunto es fantástico, con algunos papeles interpretados con seriedad y otros de forma más lúdica sin pasarse de la raya. Williams se destaca como una mujer que enfrenta problemas laborales derivados de la discriminación por edad y la política sexual, y su enojo y comportamiento asertivo se ven intensificados por la mordedura de un animal salvaje que puede estar rabioso o posiblemente algo peor. Amy atraviesa una amplia gama de emociones y Williams las clava en todas.

Diez minutos para la medianoche es un divertido paseo en montaña rusa, con Erik Bloomquist equilibrando muy bien la seriedad de la política sexual en juego con secuencias de terror que son emocionantes y, a veces, divertidas. Con un ojo actual en los temas sociales candentes y un poco de retroceso a los procedimientos de la tarifa del susto, Diez minutos para la medianoche bien vale la pena verlo.

Diez minutos para la medianoche de 1091 Pictures, llegará a VOD y a todas las plataformas digitales a partir del 19 de enero de 2021.