Agorafobia
HORROR

Agorafobia

Agorafobia.jpg

Mi nombre es Jerome Thomson y mi casa está a salvo. ¿Qué quiero decir con seguro? Quiero decir que está a salvo de … bueno, realmente no lo sé. Solo sé que mi casa está a salvo. Seguro, seguro, seguro. Recuerdo cuando el mundo entero estaba a salvo, pero eso fue hace mucho tiempo … creo. Sueño con eso algunas noches, creo que mis sueños son más como flashbacks. Por eso te escribo esto. Jaja, eres yo y te estoy escribiendo esto, a mí. Envuelve tu … mi … cabeza alrededor de eso. Básicamente, todos los días te has despertado desorientado, ¿verdad?

Bueno, esta nota te ahorrará mucho tiempo y conmoción. Aquí hay un resumen de los detalles de su vida y su situación actual: Usted es Jerome Thomson, de 57 años, obtuvo su licencia para conducir en el estado de Montana, en los Estados Unidos. Lo que sea, o donde sea que sea, no lo sé. Dudo que importe. NUNCA debes salir de esta casa. Hay algo, o cosas, afuera. Solo asumo que quieren lastimarte porque he tenido demasiado miedo para irme. Solo escucho pasos, rápidos, y luego fuertes y desesperados golpes en la puerta. A veces, los golpes llegan sin provocarlos, solo a intervalos aleatorios. Otra cosa muy importante es que tienes comida limitada, pero agua aparentemente ilimitada. Encontraría algo para entretenerte porque no vas a ir a ningún lado pronto. Lamento tener que decir eso, pero esa es la verdad. Tenga cuidado, sea conservador con su comida y, por el amor de Dios, NO ABRA PUERTAS NI VENTANAS.

PD Fija esta nota en la pared cerca de tu cama todas las noches antes de acostarte, en algún lugar donde no te la pierdas.


Dejé la nota en la pared donde la encontré. Con mano temblorosa, tomé mi billetera para confirmar lo que decía la nota. Vi una licencia de conducir de Montana que me expidieron: Jerome Thomson. Durante la siguiente media hora, lloré. Una vez que acepté mi situación, me levanté y exploré la casa donde pasaría el resto de mi vida. Mi tumba.


Al otro lado de la calle, la Sra. Anita Thomson miraba por la ventana que daba a su antigua casa. Su esposo había estado allí durante casi dos semanas sin contacto con el mundo exterior. Su amiga, Jacky Whitman, se sentó a su lado y agregó la triste escena. Anita pensó en cuánto deseaba quedar viuda, como Jacky, entonces al menos no tendría la falsa esperanza de que Jerome recordaría tomar sus pastillas. Uno para Alzheimer, dos para agorafobia.